jueves, 4 de septiembre de 2008

Einstein sobre el Budismo

"La religión del futuro será una religión cósmica. Deberá transcender al Dios personal y evitar el dogma y la teología. Tendrá que abarcar tanto lo natural como lo espiritual, y deberá estar basado en un sentido religioso que surja a partir de la experiencia de todas las cosas naturales y espirituales como una unidad significativa. El Budismo responde a esta descripción. Si existe alguna religión que pueda satisfacer las necesidades científicas modernas, es el Budismo."

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Carl Sagan meets the Dalai Lama

Esto contó Carl en una entrevista acerca de su charla con el Dalai:

Well, when I talk to religious leaders, one thing I always ask them is: What would you do if a fundamental tenet of your religion was definitively disproved by science? And, at least in the West, and especially among fundamentalist religions, the tendency is to say, "Science couldn't possibly," or, "My religion is an absolute truth, and if science gets different answers, too bad for science." The Dalai Lama's answer was: "If science found a serious error in Tibetan Buddhism, of course we would change Tibetan Buddhism." So I tried to push him on this issue. Suppose it was something basic? Suppose, for instance, it was reincarnation? And the Dalai Lama said to me, "If science can disprove reincarnation, Tibetan Buddhism would abandon reincarnation." And then he said, "But it's going to be mighty hard to disprove reincarnation."

viernes, 27 de junio de 2008

La vida al revés

The most unfair thing about life is the way it ends. I mean, life is tough. It takes up a lot of your time. What do you get at the end of it? A death. What’s that, a bonus?!?! I think the life cycle is all backwards. You should die first, get it out of the way. Then you go live in an old age home. You get kicked out for being too healthy, go collect your pension, then, when you start work, you get a gold watch on your first day. You work forty years until you’re young enough to enjoy your retirement. You drink alcohol, you party, and you get ready for high school. You go to primary school, you become a kid, you play, you have no responsibilities. You become a little baby, you go back, spend your last 9 months floating with luxuries like central heating, spa, room service on tap, then you finish off as an orgasm! Amen

miércoles, 25 de junio de 2008

Fierros y su significado

"The Iron never lies to you. You can walk outside and listen to all kinds of talk, get told that you're a god or a total bastard. The Iron will always kick you the real deal. The Iron is the great reference point, the all-knowing perspective giver. Always there like a beacon in the pitch black. I have found the Iron to be my greatest friend. It never freaks out on me, never runs. Friends may come and go. But two hundred pounds is always two hundred pounds."

lunes, 23 de junio de 2008

Mi tipo de mujer

Por qué imagino a mi media naranja como una chica triste? Será porque la tristeza es tan profunda? No lo se, lo único que se es que Quiero hacerte feliz!



Amo tu sonrisa.

miércoles, 18 de junio de 2008

Manzana que la tenía clara Schopenhauer

Querer es esencialmente sufrir, y como vivir es querer, toda vida es por esencia dolor. Cuanto más elevado es el ser, más sufre... La vida del hombre no
es más que una lucha por la existencia, con la certidumbre de resultar vencido... La vida es una cacería incesante, donde los seres, unas veces cazadores y otras cazados, se disputan las piltrafas de una horrible presa. Es una historia natural del dolor, que se resume así: querer sin motivo, sufrir siempre, luchar de continuo y después morir... Y así sucesivamente por los siglos de los siglos, hasta que nuestro planeta se haga trizas.

El tiempo no todo lo cura

How do you pick up the threads of an old life? How do you go on... when in your heart you begin to understand... there is no going back? There are somethings that time cannot mend... some hurts that go too deep... that have taken hold.

A mi me paso. Doy fe.

domingo, 8 de junio de 2008

Quizás porque

Quizás porque no soy un buen poeta
puedo pedirte que te quedes quieta
hasta que yo termine estas palabras.
Quizás porque no soy un buen artista
puedo decirte "tu pintura está lista"
y darteló, orgulloso, este mamarracho.

Quizás no soy un buen soldado
dejo que ataques de frente y costado
cuando discutimos de nuestros proyectos.

Quizás porque no soy de la nobleza
puedo nombrarte mi reina y princesa
y darte coronas de papel de cigarrillo.

Quizás porque no soy un buen comerciante
no pido nada a cambio de darte
lo poco que tengo: mi vida y mis sueños.
Quizás porque no soy nada de eso
es que hoy estás aquí en mi lecho.

Gracias

Llega un momento en que las cosas terminan y uno se queda con el sabor casi siempre amargo de ese final. He aprendido a evitar ese error y no quedarme con el final sino con la historia completa, algo para lo que, en general, se necesita tiempo para verlo de una perspectiva distante y como desde un tercer lugar.
Por eso, solo tengo palabras lindas para decirte. Quiero decirte gracias. Gracias por cuidarme, gracias por mimarme, por hacerme sentir especial.
Yo no creo en el amor a primera vista, pero hay algo en lo que creo, porque me pasó. Es en esa conexión que tuvimos vos y yo desde el minuto cero. "Te quiero desde el minuto cero" te dije una vez, y es absolutamente verdad. Pueden pasar muchas cosas de ahora en más, pero eso nunca va a cambiar.
No nos conocíamos más que de hablar un par de veces por chat, y esa primera vez que salimos, al salir del bar, nos fuimos caminando abrazados como si nos conocieramos de toda la vida, como si lo nuestro estuviese predestinado. Si alguien me hubiera preguntado que cosas buscaba en una mujer hubiera enumerado mil cosas que vos no sos, pero lo mágico es que todo eso que supuestamente quería desapareció en el momento en que me abrazaste, y sucedió que vos eras todo lo que yo quería.
Nuestra historia fue totalmente distinta a todo lo que había vivido hasta ahora. Con vos pude ser yo mismo de entrada y te lo dije. Te dije que no iba a hacerme el perfecto y no iba a ocultar mis defectos y rayes. Y a vos te gusto como yo era y a mi me encantó como vos sos.
Me acuerdo de esa primera vez en el bar. Cómo me gustaba escucharte hablar. Pero me gustaba lo que decías, lo que sabías, lo que pensabas, lo que eras. Sentí una conexión espiritual que nunca antes había sentido. Yo creo que vos y yo tenemos algo muy groso. Las relaciones pueden terminar, podemos terminar tirandonos platos por la cabeza y no bancándonos más, pero esa conexión que sentí con vos fue real y ya nadie ni nada lo puede cambiar . Fue a mis 28 años la primera vez que lo sentí y por ahora la única. Vos sos muy especial para mi y te quiero. Pero te quiero de una manera nueva para mi. Te admiro, te respeto, y quiero lo mejor para vos. No me gusta hablar de merecimiento, pero creo que el mundo sería mucho mejor si hubiese más gente como vos.
Es muy fácil decir cosas lindas de tu pareja cuando está todo bien. Eso lo dice todo el mundo. Por eso yo quise escribir esto ahora, en este momento que tengo ganas de pegarte un sartenazo en la cabeza.
Te quiero y ojalá pudiese decir para siempre. Pero no puedo, porque no se que va a pasar en el futuro, asi que quiero serte sincero y decirte lo que me pasa en el presente. En este momento, en nuestro peor momento, quiero que sepas que te quiero un montón.

martes, 20 de mayo de 2008

El sacerdote

Un joven diablo llega corriendo a su jefe. Está temblando y le dice al viejo diablo:
- Hay que hacer algo inmediatamente, porque en la tierra un hombre ha encontrado la verdad! Y una vez que la gente conozca la verdad, qué le pasará a nuestra profesión?
El anciano se echó a reir y dijo:
- Siéntate y descansa, y no te preocupes. Está todo arreglado. Nuestra gente ya está allí.
- Pero -dijo él- yo vengo de allí y no he visto un solo diablo.
El anciano dijo:
- Los sacerdotes son mi gente! Ya han rodeado al hombre que ha encontrado la verdad. Ahora se convertirán en los mediadores entre el hombre de la verdad y las masas. Levantarán templos, redactarán las escrituras, interpretarán y distorcionarán todo. Le pedirán a la gente que adore, que rece. Y en toda esa barahúnda, la verdad se perderá! Ese es mi viejo método, que siempre ha triunfado.

lunes, 28 de abril de 2008

Zorba el Buda

Cuando hablas, algunas veces tengo la visión de vivir una vida como la de Zorba el griego: comer, beber y estar alegre, lujuriosa v apasionadamente y creo que ése es el camino.
Otras veces, dices que el camino es sentarse en silencio, alerta e inmóvil, como un monje.
De modo que, ¿qué hemos de ser? Zorbas o monjes. Y ¿cómo puede ser posible la fusión de ambos? Parece que te has ingeniado para integrar las contradicciones, pero nosotros, ¿podemos ser ambos? Zorbas—movidos por la pasión y el deseo—y Budas— desapasionados , fríos y calmados .



Esta es la síntesis suprema: cuando Zorba se convierte en un Buda. Aquí estoy tratando de crear no un Zorba el griego, sino un Zorba el Buda.

Zorba es muy bello, pero le falta algo. Esta es su tierra, pero le falta el cielo. Es terrenal, tiene las raíces de un cedro gigante, pero no tiene alas. No puede volar por el cielo. Tiene raíces, pero no alas.

Comer, beber, estar alegre, es perfecto. Nada hay de malo en ello. Pero no es suficiente. Pronto te cansarás. Uno no puede continuar simplemente comiendo, bebiendo y divirtiéndose. En poco tiempo, la ronda de la diversión se convierte en la ronda de las penas, porque es repetitivo. Solamente una mente muy mediocre puede ser feliz con ello.

Si tienes un poquito de inteligencia, tarde o temprano descubrirás su absoluta futilidad. ¿Por cuánto tiempo puedes seguir comiendo, bebiendo y divirtiéndote?

Más tarde o más temprano la duda tiene que aparecer. ¿Cuál es el sentido de todo esto? ¿Por qué? Es imposible evitar la pregunta por mucho tiempo. Y si eres muy inteligente, estará siempre ahí, persistentemente ahí, martilleando en tu corazón en busca de la respuesta. ¡Dame la respuesta! ¿Por qué?

Y has de recordar esto. No es que la gente pobre, la que se está muriendo de hambre, se sienta frustrada por la vida. No. Ellos no pueden sentirse frustrados.

No han vivido todavía. ¿Cómo pueden estar frustrados? Tienen esperanzas. Un hombre pobre siempre tiene esperanzas. Un hombre pobre siempre desea que algo suceda, tiene la esperanza de que algo va a suceder. Si no es hoy, quizás mañana, o pasado mañana; si no en esta vida, en la próxima.

¿Qué crees? ¿Quién es esa gente que ha descrito el cielo como un club de playboys? ¿Quién es esa gente? Muertos de hambre, pobres que se han perdido en la vida. Proyectan sus deseos en el cielo. En el cielo hay ríos de vino. ¿Quién es esa gente que imagina ríos de vino? Será que aquí se perdieron eso. Y existen árboles que cumplen tus deseos. Te sientas bajo ellos, deseas algo y en el instante en que lo deseas tu deseo queda satisfecho de inmediato. No transcurre ni siquiera un momento entre el deseo y su realización, ni una sombra entre el deseo y su realización. ¡ Es inmediato, instantáneo!

¿Quién es esa gente? Muertos de hambre; no han sido capaces de vivir sus vidas. ¿Cómo pueden sentirse frustrados por la vida? No la han experimentado; sólo a través de la experiencia uno llega a conocer su total futilidad.

Sólo los Zorbas llegan a conocer su total futilidad.

Buda mismo fue un Zorba. Tuvo a su disposición las más hermosas mujeres de su país. Su padre dispuso a su alrededor las muchachas más bellas. Tuvo los palacios más hermosos; diferentes palacios para las distintas estaciones. Tuvo todo el lujo que es posible, o que era posible en aquellos días. Vivió la vida de un Zorba el griego, a pesar de lo cual a los 29 años se sentía totalmente frustrado.

Fue un hombre muy inteligente. Si hubiera sido un mediocre, hubiera vivido esa vida. Pero pronto se dio cuenta: es repetitiva, es siempre lo mismo. Cada día comes, cada día haces el amor a una mujer... y cada día tenía diferentes mujeres para hacer el amor. ¿Pero por cuánto tiempo? Pronto se hartó.

La experiencia de la vida es muy amarga. Sólo en la imaginación es dulce. Su realidad es muy amarga. Escapó del palacio y de las mujeres y de las riquezas y del lujo y de todo...

Así que, no estoy en contra de Zorba el griego, porque Zorba el griego forma los cimientos mismos de Zorba el Buda. Buda nace de esa experiencia, de tal manera que estoy totalmente a favor de éste mundo, porque sé que el otro mundo sólo puede ser experimentado a través de éste. Por eso no te diré que te escapes, no te diré que te conviertas en un monje. Monje es aquel que ha ido en contra de Zorba; es un escapista, un cobarde; ha hecho algo precipitadamente, sin inteligencia. No es una persona madura. Un monje es inmaduro, codicioso; ambiciona el otro mundo y lo quiere demasiado pronto. Y el momento no ha llegado ni él ha madurado todavía.

Vive en este mundo, porque este mundo te da madurez, integridad. Los desafíos de este mundo te dan una oportunidad de centrarte, un estado de alerta.

Y este estado de alerta se convierte en la escalera. Entonces, puedes ascender de Zorba a Buda.

Pero déjame repetírtelo de nuevo: sólo los Zorbas llegan a ser Budas. Y Buda nunca fue un monje. Un monje es aquél que nunca ha sido Zorba, aquél que se ha sentido hechizado por las palabras de los Budas.

Un monje es un imitador, es falso, es pseudo. Imita a los Budas. Quizás sea un cristiano o un budista, o un jaino, eso no importa; pero imita a los Budas.

Cuando un monje abandona el mundo, continúa luchando contra él. No es una manera relajada de irse. Todo su ser se siente atraído hacia el mundo. Lucha contra él. Se divide. La mitad de su ser es de este mundo y la otra mitad anhela el otro. Se encuentra desintegrado. Un monje es básicamente un esquizofrénico, una persona dividida; dividida entre lo más bajo y lo más alto. Y lo de abajo va tirando de él, y lo bajo se vuelve más y más atractivo cuanto más se reprime. Y por no haber vivido lo más bajo, no puede obtener lo más alto.

Puedes obtener lo más alto sólo cuando has vivido lo más bajo. Puedes ganar altura sólo yendo a través de la agonía y el éxtasis de lo rastrero. Para que un loto se convierta en loto, tiene que arrastrarse por el lodo: este lodo es el mundo.

El monje ha escapado del lodo, nunca llegará a ser un loto. Es como si una semilla de loto tuviera miedo de caerse en el lodo, como si su ego, dijera: "¡Soy una semilla de loto y no puedo caer en el lodo!" Pero de esta manera permanece como semilla; nunca florecerá como un loto. Si quiere florecer como un loto, tiene que sumergirse en el lodo, tiene que vivir esta contradicción. Sin esta contradicción, sin vivir en el lodo, no hay más allá.

Yo sería la última persona en tratar de hacer de ti un monje. Si no, ¿por qué están los monjes y las monjas tan en contra mía? Me gustaría que echaras raíces en la Tierra.

Estoy perfectamente de acuerdo con Friedrich Nietzsche cuando dice: "¡Te lo suplico, hermano: permanece leal a la Tierra y no creas en aquellos que hablan de otras esperanzas terrenales!" Aprende tu primera lección de confianza, confiando en la Tierra. ¡Es tu hogar ahora mismo! No ansíes otro mundo. Vive éste, y vívelo con intensidad, con pasión. Vívelo con tu totalidad, con todo tu ser. Y con toda esa confianza, con esa vida de pasión, amor y alegría, serás capaz de ir más allá.

El otro mundo está escondido en éste. El Buda está dormido en el Zorba. Hay que despertarlo, y nadie puede despertarle excepto la vida misma.

Estoy aquí para ayudarte a ser total donde quiera que estés. En cualquier estado en que te encuentres, vívelo totalmente. Solamente viviendo algo totalmente uno puede trascenderlo.

Primero conviértete en un Zorba, en una flor de esta tierra y a través de ella logra la capacidad de llegar a ser un Buda, la flor del otro mundo. El otro mundo no está separado de éste; el otro mundo no está en contra de éste. El otro mundo está escondido en éste. Este es sólo una manifestación del otro y el otro es la parte no manifiesta de éste.

viernes, 25 de abril de 2008

Perfeccionista yo?

El perfeccionista pasa su vida persiguiendo sueños. Cualquier acción cotidiana se convierte en un camino cuyo fin es la acción redonda y perfecta. Como ésta no existe (la palabra preferida del perfeccionista es: "pero") la llegada al final del camino se convierte en fracaso y el recorrido en un tortuoso sufrimiento.
Leyendo lo anterior puede pensarse que hablo del perfeccionamiento espiritual. Y no, me refiero únicamente a las acciones sin trasfondo , a las pequeñas cosas de cada día, a los gestos imprescindibles para la vida y la convivencia; en suma, a la pura intendencia de lo cotidiano. El perfeccionista ama y necesita la rutina, porque en la repetición cree encontrar cierto grado de perfección. La rutina, con la cercanía de lo conocido, reafirma su sentimiento de búsqueda, en su segunda, tercera, cuarta, quinta oportunidad de lograr el éxito. Cualquier evento que rompe esta rutina tejida de días y días de búsquedas y retos auto-impuestos, hace que el perfeccionista tarde más de lo conveniente en reaccionar: Debe buscar una solución rápida al nuevo hecho, y ésta ha de ser, como no, perfecta.
Pierde un valioso tiempo ante lo nuevo y evita, consciente o inconscientemente, cualquier novedad en su vida. Su ojo perfecto busca primero el defecto; lo bueno pierde así parte de su valor y se convierte en lo "casi" bueno. Por lo mismo, el perfeccionista es parco en halagos (pasan a veces por desagradables o envidiosos) y tampoco reciben de buen grado los comentarios amables, pues siempre piensan que quien se los hace es consciente de su imperfección y lo hace solamente "por cumplir".
Para quienes están a su alrededor, la convivencia se hace difícil por lo previsible de sus respuestas. No suelen opinar ni intervenir en las decisiones ajenas (quizás perdidos en su propia incertidumbre por lo perfecto ¿cómo aconsejar a otro?) y cuando lo hacen, generalmente forzados por la parte contraria, su respuesta es pobre y aséptica, falta de pasión y absolutamente innecesaria. Sus allegados terminan por "dejarlos vivir" sin solicitar de ellos ayuda en las pequeñas cosas materiales: unos y otros se pierden momentos felices compartiendo el pan y la sal de cada día. El perfeccionista termina generando dolor de barriga en quienes le rodean, siempre pendientes de sus vaivenes emocionales, en la certeza de que la perfección no existe.
Son también indecisos. Cualquier hecho que requiere un ultimátum, un veredicto, les pone entre la espada y la pared, porque ¿será el mejor aquel que finalmente elijamos? ¿no habría otro más perfecto? ¿y si buscamos más? Entonces, el proceso se alarga en el tiempo, dando vueltas y revueltas y posponiendo siempre el temido fin, cuando ya no haya vuelta atrás y la perfección que se elija sea la definitiva (y seguro que había otra mejor). Siempre se genera insatisfacción en la decisión final, porque, evidentemente, siempre se podría haber buscado más.
Son preguntones, tremendamente preguntones. En su búsqueda agobian a su interlocutor con cientos de preguntas, que desde fuera, parecen capciosas, malintencionadas, absurdas o desconfiadas. Terminan por "marear" a la persona que les está escuchando pues no todo el mundo entiende que no es desconfianza en el interlocutor, sino la captura compulsiva del mayor número de datos para tomar la mejor decisión.
Suelen ser conscientes de esta indecisión, y reconocen la pérdida de tiempo y energía que conlleva, pero no pueden hacer nada por evitarlo. Y a veces, acosados por quienes les rodean (la paciencia tiene un límite ¿no?) llegan a pensar que los demás son unos conformistas y que, al fin y al cabo, su búsqueda constante de lo divino es legítima.
Otro de sus rasgos característicos es la inflexibilidad. Sus actos rutinarios les proporcionan las huellas por las que pisar cada día, y salirse de ellas les causa desazón. Un gesto cotidiano se convierte en rutina, y después, muy probablemente, en obligación auto-impuesta, en un paso más firme hacia lo perfecto. Puede que los horarios se vuelvan rígidos, y la forma de hacer las cosas, estricta disciplina. Salir de casa a la misma hora, tomar siempre el mismo postre en la cena, o utilizar la misma marca de café. Cuestiones que en sí mismas no revisten mayor importancia, se vuelven penosas cuando su NO cumplimiento les provoca malestar.
Sin llegar a padecer neurosis obsesiva probablemente necesitan ayuda psicológica para salir de este círculo vicioso, pero no suelen reconocer su búsqueda como una enfermedad o defecto, más bien como su propia forma de ser, rutinaria y confortable, que "ya no pueden cambiar".
Su círculo de amistades se va reduciendo con el paso de los años: pocas personas "aguantan" la desconfianza, la inflexibilidad y la indecisión de los perfeccionistas, que quedan recluídos en el círculo familiar donde frases del tipo "ya sabéis como es..." "buff... a ver cuando se decide..." "bueno... va a sacarle un montón de defectos" "... no le preguntes, porque no se va a implicar..." dan idea de la dificultad de la relación cotidiana con ellos.
Cuando coincido con "mis perfeccionistas" (¿quién no tiene uno en su vida?), sufro con ellos. " ¡La perfección NO EXISTE!" quiero gritarles. Y me gustaría que aprendieran a ser un poco "bandarras", a dejarse llevar, a disfrutar, sin más, de un momento único e irrepetible que se están perdiendo tratando de encajar en un rectángulo perfecto la masa informe de cosas que no podemos dominar.

martes, 22 de abril de 2008

Mi olla llena de oro al fin del arcoiris

Vaya casualidad, las cosas, pocas cosas, que más me atraen, todas ellas me indican un mismo camino y un mismo destino: la meditación, camino hacia el nirvana. Entre esas cosas puedo citar cosas tan distintas como el budismo, mi amigo Schopenhauer y esta espectacular poesía que escribio el amigo Kipling allá por el siglo XIX. Ahora los dejo solos con él con una sola condición, disfruten:

IF
If you can keep your head when all about you
Are losing theirs and blaming it on you,
If you can trust yourself when all men doubt you,
But make allowance for their doubting too;
If you can wait and not be tired by waiting,
Or being lied about, don't deal in lies,
Or being hated, don't give way to hating,
And yet don't look too good, nor talk too wise:

If you can dream - and not make dreams your master;
If you can think - and not make thoughts your aim;
If you can meet with Triumph and Disaster
And treat those two impostors just the same;
If you can bear to hear the truth you've spoken
Twisted by knaves to make a trap for fools,
Or watch the things you gave your life to, broken,
And stoop and build 'em up with worn-out tools:

If you can make one heap of all your winnings
And risk it on one turn of pitch-and-toss,
And lose, and start again at your beginnings
And never breathe a word about your loss;
If you can force your heart and nerve and sinew
To serve your turn long after they are gone,
And so hold on when there is nothing in you
Except the Will which says to them: 'Hold on!'

If you can talk with crowds and keep your virtue,
' Or walk with Kings - nor lose the common touch,
if neither foes nor loving friends can hurt you,
If all men count with you, but none too much;
If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run,
Yours is the Earth and everything that's in it,
And - which is more - you'll be a Man, my son!


El sensei

Gran canción, gran video!


lunes, 21 de abril de 2008

Lobo estepario

Esta es la parte que más me gusta del lobo porque nunca antes me sentí tan identificado. Harry y yo sufrimos la misma patología.

-Voy a decirte hoy una cosa, algo que sé hace ya tiempo, y tú también lo sabes ya, pero quizá no te lo has dicho a ti mismo todavía. Ahora te digo lo que sé acerca de ti y de mi y de nuestra suerte. Tú, Harry, has sido un artista y un pensador, un hombre lleno de alegría y de fe, siempre tras la huella de lo grande y de lo eterno, nunca satisfecho con lo bonito y lo minúsculo. Pero cuanto más te ha despertado la vida y te ha conducido hacia ti mismo, más ha ido aumentando tu miseria y tanto más hondamente te has sumido hasta el cuello en pesares, temor y desesperanza, y todo lo que tú en otro tiempo has conocido, amado y venerado como hermoso y santo, toda tu antigua fe en los hombres y en nuestro alto destino, no ha podido ayudarte, ha perdido su valor y se ha hecho añicos. Tu fe ya no tenía aire para respirar. Y la asfixia es una muerte muy dura. ¿Es exacto Harry? ¿Es ésta tu suerte?
Yo asentía y asentía.
-Tú llevabas dentro de ti una imagen de la vida, estabas dispuesto a hechos, a sufrimientos y sacrificios, y entonces fuiste notando poco a poco que el mundo no exigía de ti hechos ningunos, ni sacrificios, ni nada de eso, que la vida no es una epopeya con figuras de héroes y cosas por el estilo, sino una buena habitación burguesa, en donde uno está perfectamente satisfecho con la comida y la bebida, con el café y la calceta, con el juego de tarot y la música de la radio. Y el que ama y lleva dentro de silo otro, lo heroico y bello, la veneración de los grandes poetas o la veneración de los santos, ése es un necio y un quijote. Bueno. ¡Y a mí me ha ocurrido exactamente lo mismo, amigo mío!
Yo era una muchacha de buenas disposiciones y destinada a vivir con arreglo a un elevado modelo, a tener para conmigo grandes exigencias, a cumplir dignos cometidos.
Podía tomar sobre mí un gran papel, ser la mujer de un rey, la querida de un revolucionario, la hermana de un genio, la madre de un mártir. Y la vida no me ha permitido más que llegar a ser una cortesana de mediano buen gusto; ¡ya esto solo se ha hecho bastante difícil! Así me ha sucedido. Estuve una temporada inconsolable, y durante mucho tiempo busqué en mí la culpa. La vida, pensé, ha de tener al fin razón siempre; y si la vida se burlaba de mis hermosos sueños, habrán sido necios mis sueños, decía yo, y no habrán tenido razón. Pero esta consideración no servía de nada absolutamente. Y como yo tenía buenos ojos, y buenos oídos y era además un tanto curiosa, me fijé con todo interés en la llamada vida, en mis vecinos y en mis amistades, medio centenar largo de personas y de destinos, y entonces vi, Harry, que mis sueños habían tenido razón, mil veces razón, lo mismo que los tuyos. Pero la vida, la realidad, no la tenía. Que una mujer de mi especie no tuviera otra opción que envejecer pobre y absurdamente junto a una máquina de escribir al servicio de un ganadineros, o casarse con uno de estos ganadineros por su posición, o si no, convertirse en una especie de meretriz, eso era tan poco justo como que un hombre como tú tenga, solitario, receloso y desesperado, que echar mano de la navaja de afeitar. En mí era la miseria quizá más material y moral; en ti, más espiritual; la senda era la misma. ¿Crees que no soy capaz de comprender tu terror ante el fox-trot, tu repugnancia hacia los bares y los locales de baile, tu resistencia contra la música de jazz y todas estas cosas? Demasiado bien lo comprendo, y lo mismo tu aversión a la política, tu tristeza por la palabrería y el irresponsable hacer que hacemos de los partidos y de la Prensa, tu desesperación por la guerra, por la pasada y por la venidera, por la manera cómo hoy se piensa, se lee, se construye, se hace música, se celebran fiestas, se promueve la cultura. Tienes razón, lobo estepario, mil veces razón, y, sin embargo, has de sucumbir. Para este mundo sencillo de hoy, cómodo y satisfecho con tan poco, eres tú demasiado exigente y hambriento; el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de mas. El que hoy quiera vivir y alegrarse de su vida, no ha de ser un hombre como tú ni como yo. El que en lugar de chinchín exija música, en lugar de placer alegría, en lugar de dinero alma, en vez de loca actividad verdadero trabajo, en vez de jugueteo pura pasión, para ése no es hogar este bonito mundo que padecemos...

Somos todos especiales

Si alguien dice que todos somos especiales, por una u otra razón, no es lo mismo que decir que nadie es especial?
Para mí sí.
(Ortografía corregida por la T.P. Carolina V. Gómez)

Futones

No me gustan los futones. Nos son cómodos como sillón y creo que no son cómodos como cama (nunca dormí en uno). No me gustan las cosas a medias.

Despertar

2.20 am. Me incorporé sobresaltado. Me encontraba agitado, sintiendo como mi corazón latía rapidamente acompañado de mi respiración. Un dolor agudo se situaba en la boca de mi estomago pero no lo percaté hasta luego de que pude poner mi mente en paz. Había tenido una pesadilla, pero en esta no había monstruos ni temores traídos desde la niñez. Era un temor real, un temor propio de este mundo y que no se necesita dormir para experimentarlo. Es el temor, es el dolor, de ser engañado por alguien. El ser defraudado por esa persona de la que menos lo esperás y de quien más te duele. Un ser querido, la persona que amás. Esa persona en la que podés confiar tus secretos, tus temores, tu vida... hasta ese momento tan duro en que sabés que ya no lo podrás hacer nunca más; la desilusión que sentís luego de darte cuenta que en eso en que creías con tanto ímpetu, con tanta adoración, no era más que una quimera creada por tu mente para hacerte sentir mejor.
Semi incorporado en la oscuridad de mi habitación, con mis ojos tan abiertos que nadie podría haber adivinado que solo segundos antes estaba durmiendo, mi mente buscó en esta realidad, el alivio de estar despierto, el escape del mundo de los sueños y las pesadillas. Solo que estaba equivocado, puesto que no estaba escapando de ningún sueño, sino que estaba entrando en el mundo en el cual fui herido. El dolor fue terrible, solo comparado con esas tragedias como el accidente o la muerte de un ser querido en que uno piensa "esto no puede ser verdad", "quiero despertar de este sueño terrible", pero no es un sueño y no existe ese ansiado despertar liberador.

El teléfono

- Vayan tranquilos, yo después los alcanzo.

Sus amigos salieron por la puerta mientras él volvía al living donde estaba el teléfono. Recogió la parte de economía del diario y empezó a leer, o por lo menos lo intentó. No podía concentrarse. Estaba demasiado ansioso por ese llamado que quería creer que se iba a producir.

La conoció de casualidad. Por medio de un conocido de un conocido. Sería romántico decir que al instante que la vio se enamoró, pero la verdad es que le cayó bastante mal. El era un pibe callado, tímido, de esos que piensan demasiado y actúan poco. Ella en cambio era una mina alegre, que parecía tener la sonrisa dibujada en su cara, alguien a quien no parecía importarle nada demasiado. Justamente esa clase de personas que no soportaba. Siempre pensó que alguien que fuese tan alegre o no entendía lo que pasaba alrededor, o estaba demasiado preocupada en si misma para darse cuenta. Simplemente le daba asco aunque paradójicamente sentía envidia. ¿Envidia de qué? De la aparente felicidad que mostraban. Pero él se defendía queriendo creer que alguien como él, tan culto, tan preparado nunca podría llevar una actitud así ante la vida.

Ella lo sorprendió en la barra. El se había pedido un whiskey y ella lo imitó.

- ¿Por qué esa cara? - le preguntó.
- Fue una semana larga.
- ¿Querés contarme qué te pasó?
- No importa, no lo entenderías. – contestó pidiendo otro whiskey al barman.
- No es una forma muy cortés de responderle a una dama, pero tenés suerte porque yo sepa lo que te pasa. Yo estuve en tu lugar.
- ¿Qué querés decir con eso?
- Escuchame bien. La vida es como la Matrix, o te sentás a mirarla y ves como ella transcurre frente a tus ojos o la vives. Y dejame darte un consejo, por más inteligente que te creas mirándola, andá y vivila que es mucho mejor!

No supo o no quiso entonces entender. Pero ella no se dio por vencida. Al día siguiente llamó a su casa. Y lo hizo nuevamente y nuevamente. Y los llamados que al principio atendía con desgano se transformaron lentamente en una necesidad. Su vida empezó a girar en torno a estos llamados que se producían puntualmente a las once de la noche todos los lunes y jueves. Se acomodaba en su sillón al lado del teléfono y palpitaba los minutos anteriores con gran expectación. Y si el llamado se atrasaba unos minutos miles de cosas le pasaban por su cabeza. Le habrá pasado algo? Se habrá olvidado hoy? Tendrá algo mejor que hacer? Hasta que finalmente sonaba y el atendía como pretendiendo que no sabía quien llamaba. Las conversaciones se extendían hasta altas horas de la noche y trataban de los más diversos temas pero lo que era común a todas ellas era que él se sentía comprendido, lo que lo hacía feliz.

Fue un jueves de septiembre a eso de las once menos veinte cuando sonó el teléfono y él atendió con el único objeto de liberarlo rápido para su cita telefónica. Se llevó una sorpresa al ver que era ella. Su voz sonaba rara, como apurada y nerviosa. Dijo que había surgido un inconveniente y que era muy posible que no pudiese llamar más. Luego cortó. En ese momento se maldijo a si mismo por nunca pedirle su teléfono y haber mantenido esta relación tan extraña con una persona a la que solo había visto una sola vez. Pero lo cierto era que ella lo hacía sentir feliz y despreocupado como no lo había sido desde su niñez y nunca le dio demasiada importancia a esta extraña relación quizás porque todo era demasiado bueno para cuestionarlo.

Ya eran las once y media y seguía con el diario en las manos sin haber leído ni media carilla. Miraba el teléfono y el teléfono lo miraba de vuelta a él, desafiante. Se hicieron las doce de la noche cuando decidió que el llamado no se iba a producir.

Nunca supo nada más de ella pero finalmente entendió lo que ella había querido decirle todo este tiempo. No hace falta ser un idiota para ir sonriendo por la vida. Es difícil y hace falta mucha práctica pero hasta alguien tan inteligente como él podía lograrlo si se lo proponía.

Se puso los zapatos, se mojó el pelo peinándoselo para atrás y salió de su casa en busca de sus amigos. Con una sonrisa.